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sábado, 10 de octubre de 2015

Gran tesoro

Gran tesoro

Karina, una niña de 8 años con su protector, su hermano mayor  eran tan unidos que los demás niños sentían envidia de ellos. El 17 de febrero reunidos con bastantes niños  decidieron armar una casa en el árbol, un sauce enorme que se encontraba  a una cuadra de su casa junto a sus vecinos  forman un enorme equipo de trabajo. La casa del árbol seria el objetivo un lugar bello para jugar todos los días un segundo sitio de descanso.
La brillante ida se le ocurrió a Olguita en la televisión vio en la novela Que vivan los niños como se divertían con su casita en el árbol, propuso la idea al equipo a todos les pareció un grandioso plan. Hagamos de inmediato se escuchó de una sola voz. Comenzó el reto al siguiente día, cada uno llegaba con su material correspondiente.
Luis subió al sauce para trazar los alambres sobre las ramas para empezar la casita no sería una casa tan bonita como se ve comúnmente, a los niños lo único que le interesa es los secretos y recuerdos que se encontrarían en este sitio.
Cada día que transcurría avanzaban con su pequeño hogar que pertenecería al equipo, pasaban los días y se dieron cuenta de que el objetivo era inalcanzable. Un ángel como caído del cielo llego era un caballero soltero que no tenía familia, chicos que desastre están  haciendo en el pobre árbol, un grito lo callo de inmediato ¡Queremos nuestra casita en el árbol!
Don Octavio regreso con madera, clavos, martillo y todo lo que se necesitaba para la elaboración del hogar  en 15 días se terminó, las niñas comenzaron a llevar telas y diferentes adornitos para su casita, los varones orgullosos de haber colaborado con la construcción de algo que todos los vecinos observarían.
Lo construido lo celebraron como siempre jugando fulbito en la cancha de arena varones contra mujeres, un buen equipo  los niños se quedaban solos en casa por eso aprovecharon al máximo el tiempo de vacaciones en su nuevo lugar de diversiones.
Comenzaron las clases pero aprovechaban las tardes para pasar tiempo en su pequeño nido, los padres se molestaban porque ni las tareas hacían en su verdadero hogar todo era una pequeña casa.
El tiempo fue avanzando el equipo se iba quedando sin gente, Luis, Eder y Frank ya pasaron a la secundaria, no hacían caso al llamado ya no les interesaba jugar, contar chistes esperar juntos el regreso de sus padres, los hermanos menores se sentían solos al ver que sus mayores se dedicaban más tiempo al estudio y la televisión, juegos de play no entiendo todo cambio, Olga tu que tienes la misma edad también dejaras de venir.
Olga con una gran sonrisa les respondió: “niñas, lo dira el tiempo, ustedes también cambiaran es parte de la vida.” al poco tiempo desapareció de la pequeña casa, ya no se sentía su presencia solo quedaron Sonia, Karina, Clorinda y Ana decidieron hacer una casa de secretos para chicas ahí se contarían todo lo que no podían decir a sus padres, comenzó este nuevo plan todas empezaron a relatar como sus hermanos han cambiado en el colegio Carlos W. Sutton.
Sonia y Karina ya cumplieron los 12 años, les tocaba clases de nivelación para la secundaria dejando de lado la casa de secretos, sucesivamente dejaron de ir todos crecieron y ahora que contaban con una cancha deportiva se dedicaban a jugar vóley con los nuevos vecinos, el equipo desapareció solo persistía la mistad de Fabiola y Sonia.
Las amigas tenían un trabajo de ciencia, tecnología y ambiente, una recolección de hojas de todo tipo, dirigiéndose a las chacras al llegar no encontraron al viejo sauce había sido talado, se sintió una brisa de nostalgia eran tantos recuerdos la niñez de las adolescentes parecía haber sido borrado de golpe todos los recuerdos, sin pensar habían dejado atrás todos sus juegos. Unas gotas de tristeza rodaron por sus mejías que  cayeron justo donde estaba plantado el gran sauce.
Caminaron hacia la chacra volteando para ver si el sauce podía regresar a su lugar, perdieron la esperanza con el tiempo porque se dieron con la sorpresa que el terreno iba ser vendido como un lote.
En la actualidad Karina puede observar una enorme casa de dos pisos que reemplaza a su querida casita del árbol donde vivió gran parte de su  niñez, su inocencia donde soñaba ser una ingeniera de sistema. Hoy cambio su sueño pero los grandes recuerdos de los acontecimientos siguen presentes más aun cuando ella lleva a su hermano menor a los juegos recreativos que se ven cerca de aquella casa, si aún podría divisar mi pequeña casa le mostraría a mi hermanito como yo era feliz con ese pequeño obsequio que me dio la vida.
Lujo
En el 2007  en época de verano, Karina y Sonia jugando como siempre en su casa tan linda empezaron a comentar el cortamonte del día domingo, llegaron Clorinda, Jaqueline y Ana. A las niñas se les había ocurrido una idea organizar su propio cortamonte por influencia de los adultos, cada una traería una falda para bailar, el refresco seria como la cerveza solo faltaría conseguir el árbol y el hacha para realizarlo.
Llego el día todas emocionadas se dirigieron a la casita donde quedaron en ir a buscar una rama para plantar en medio de la arena y así empezarían con su minicortamonte, es tan gracioso poder observar esto pero a las pequeñas no les interesaba los comentarios que su evento causaría.
Sonia y Karina comenzaron hacer el hueco para la plantación del arbusto que consiguieron  cada cantidad de arena que botaban para el exterior era con gran emoción, las demás se encargaban de colocar los adornos en su arbolito. Clorinda trajo un carrizo en forma de hacha para derrumbar y salgan los nuevos alferados, un juego tan divertido para las pequeñas.
Todos los planes lo hacían en su casa del árbol, sus amigas eran sus hermanas porque todos los días compartían momentos inolvidables que jamás volverían a repetirse, todo es pasajero y esto lo tenía en cuenta Karina se daba cuenta que llegaría el día de que todo formaría parte de una vida pasada. Vivian al máximo el cortamonte bailando dando vueltas en el arbusto seguidas por las demás.
Bryan un niño de 5 años alcanzaba el agua preparada en vasitos cada vez que entraban a hachar el arbolito. Clorinda tumbo, quedando como la nueva alferada para el próximo año, agotadas se dirigieron al gran sauce a conversar con las infaltables risitas y bromitas, acordando que el próximo cortamonte debería realizarse a la semana que viene “no vamos a esperar un año mientras tanto a que jugamos nos vamos a aburrir” se escuchó de la voz de Ana.
De pronto se escucharon grandes risas de varones, eran los hermanos mayores que habían visto ocultamente su maravilloso juego, se burlaban de sus proyectos que tenían para la semana que viene. Un rayo de espuma blanca dejo en silencio a todas las niñas era espray, comenzó el juego de carnavales todas salieron de su cuartito empezó el bullicio con polvo de colores, agua y globos.
Los días transcurrían jugando con la diversión que les caracterizaba, los vecinos sabían que eran los futuros jóvenes quienes interrumpían el silencio de sus hogares, daban el toque especial de alegría a toda la comunidad.
El jueves 20 de febrero del presente año. Clorinda organizo su fiesta de carnavales con su grabadora de casa para que sea más real, con su respectivo arbusto y serpentina en esta ocasión adultos observaron el juego divertido de las niñas. Al darse cuenta de que tenían público salieron despavoridas al lugar de sus refugios, la casa del árbol. ¿Qué habrá pasado? ¿Se fueron? ya no quiero salir qué vergüenza pensaran que estamos locas bailando, somos felices sin necesidad de dinero.

Las distintas actividades que realizo Karina en complicidad de sus amigas y de testigo al gran sauce solo se encuentra guardadas en su memoria porque todo ha cambiado con el transcurrir del tiempo porque todo es instantáneo nada dura para siempre.

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